Me propongo hacer un verso
y ¡con qué gusto lo haría!
si no reinaran en el pueblo
la enemistad y la envidia.
En mi verso nombraría
los festejos de las fiestas.
Al no hacerlos sólo nombro
los que hace la Madre Iglesia.
En los actos religiosos,
sermón, misa y procesiones,
en el Rosario, los gozos,
en honor a los patrones.
Al hablar de los profanos
aquí la pluma se para.
El pueblo está disgustado,
por eso no se hace nada.
Yo me pregunto y me digo,
aunque de sobra es sabido,
¿Qué pasa en este Celadas
en fiestas tan alabadas?
No tener un tiro al plato,
ni tampoco una vaquilla,
donde se pasaba el rato
y el pueblo se divertía.
No se cual es el motivo
pero si sé lo que digo.
Y es una verdad muy cierta:
si el pueblo está desunido
resulta sosa la fiesta.
Hay que mudar de pensar,
hacernos todos amigos,
y que reine la amistad
entre todos los vecinos.
La unión hace la juerga. Federico Castro.